lunes, febrero 20, 2006

Las papas fritas y el popcorn (Old boy y Memorias de una Geisha)

Una vez le comenté a una amiga-amante después de unas breves vacaciones en las que había quedado de un rojo fascinante que, además, estaba "al borde de alcanzar la obesidad mórbida". Me dijo que me quería igual, que estando gordo me veía más simpático de lo increiblemente denso que era. Creo que sonreí, pero aún no sé si fue un halago, o quería la seriedad con argollas, o le estaba poniendo fin a esos días de felicidad y sexo, que fue lo que finalmente ocurrió. Lo que si ocurrió de inmediato es que me puse a pensar en el viejo adagio de que "todo dependía desde el punto de vista desde el cual se miraba", y de ahí a la teoría de la relatividad, por lo que nos terminamos encamando una vez más.

Old boy y Memorias de una geisha han sido las últimas películas que he revisado en formato butaca y pantalla grande, la última además condimentada por un olor a popcorn que me tenía con la sensación de estar siendo devorado por una cabrita gigante. La primera con la sensación de no haber ido con papas fritas por si me caía más kepchup. La verdad es que Old boy provocó en mí la sensación de estar asistiendo a algo novedoso, una especie de orgía de la violencia en vertiginoso ascenso final. Medité enseguida acerca del formato comic tan querido por algunos directores de hoy. Revisé críticas los días posteriores, todas destacando su originalidad y entregando diversas interpretaciones. La última decía de que la película de Chan-wook Park era una verdadera obra maestra. Entonces pensé como mi amiga amante, "la película es una mierda". Expuesto a horas de una violencia sin igual, en la que el mismo director la ha explicado por la escasa posibilidad de expresar la ira en la sociedad actual, ante el orden perverso, o de exorcisar la culpa poniéndola en los otros, sin asumir la propia. No es la venganza. Es eso.

He pensado. Es claro que si miro una flor, puedo ver que es una obra maestra de la voluntad divina que nunca nadie podrá igualar, o una simple conjunción de átomos que los perros ven en blanco y negro. Asimismo, ¿cuando Chaplin -Charlotte- se iba caminado al final...era tremendamente triste, o feliz?. Me parece un exceso que a veces uno ponga en una hoja de papel la palabra Nada y entonces expresen que estamos adentrándonos en el universo metafísico sartreano. Ahora, si lo digo yo, de mi mismo, es un exceso aún mayor. La sutileza en cambio, de una película francesa como Une relation pornographique (traducida como Una relación particular) bebió de mi nostalgia. De una densidad erótica sin igual, con una espiral de suspenso y tragedia insólito, pero en relación a dos simples amantes, me recordó los buenos sabores del cine. A veces, la belleza consiste en reflejar ciertas situaciones de la vida, pero contándole a alguien que esta hoja pertenecía a una flor maravillosa, y no importando la orquídea desde el trópico. Pero claro, también se puede interpretar que la orquídea, La guerra de las galaxias, por ejemplo, nos habla de la tragedia de Sófocles, y sin leer al buen Freud no la entenderíamos. De que sirve una vez más poner la imagen del hongo atómico (perdón) en un televisor en una escena de una pantalla de cine. Por lo menos para eso tenemos a los periodistas que cada 8 de agosto lo muestran. Es claro que el cine y todo el arte ha querido representar la tragedia de ser hombre, aún más que los diminutos instantes de hermosura. Está muy bien, uno sale a veces más fortalecido de esas representaciones, pero existen las formas, y yo no había llevado papas fritas esa tarde. Es claro además, que el cine norteamericano de cualidades notables nunca ha entendido la importancia de contar la historia desde la imaginación de la orquídea, excepto algunos como Jarmusch, que es de otro planeta. Pero bueno el director era coreano, así que más dudas me crea su originalidad. Que imbécil es la originalidad a veces, he pensado. Que hijadeputa que es. ¿Originalidad?, una mierda, si al final los cambios son en el arte hace mucho tiempo infinitesimales, y el vino tinto existe hace muchos siglos, claro, ahora un poco más rico, pero en fin.

Y ayer Memorias de una geisha. Película del país del norte, adaptada de un best-seller. Chinas que hacen de japonesas y que hablan en inglés. Best-seller de autor gringo. El misterio más profundo de oriente, dirá en algunas de las promociones. Y bueno, es verdad, y al menos yo, o creo que nadie desde desde la ciudad de Atenas para este lado tendrá la más puta idea. A propósito, ¿una puta que no es puta pero sin embargo te complace?. Bueno, algo sabremos. Para ir directo al grano: la película es bastante mala también, para que estamos con cuentos. Pero bueno, al volver he leído una crítica en un diario en la que una mujer estaba espantada por su calidad, "diálogos esquemáticos, personajes también, la segunda guerra como si no hubiera existido, etc", parecía decir. Geishas de mierda, como que decía. Y bueno, no he podido más que reir, porque contenía una rabia insólita. También he reflexionado: me imagino que una geisha no habla mucho, por lo que los diálogos parecerán esquemáticos y los personajes también. La alusión a la segunda guerra es para entregarle una dimensión aún más profunda y no es tan abusiva. Al fin y al cabo todos lo hacen, y los que no lo saben, también lo hacen. El Chino Rios es un anarquista y también Opus dei por lo tonto. Una mujer mira a Luciana Salázar y piensa que es el orden neoliberal. Yo miro un perro y pienso que me puede cagar el patio, como todo el puto mundo. Etcétera. Por lo tanto, entre hablar en chino y en inglés era mejor que la película se vendiera más. Una actriz china famosa ya es evidente al lado de una japonesa. Hollywood se la sabe por libro. Y al fin, ¿el final era triste o feliz?, ¿qué es?, ¿qué es?, ¿qué es?, ¿qué es el amor?. Yo sé que nadie tiene la más puta idea. De hecho es diferente, cada vez. ¿Qué es el sexo?. ¿Es una mirada o la cama?. Bueno, eso es como preguntarse por dios, por eso era representado como un dios en las culturas antiguas. Tal vez al final la película es mala, pero no tan asquerosamente mala como la otra, perdón o que el punto de vista de que es una "obra maestra", bla, bla, bla.

Bueno, y el popcorn y las papas fritas tengo entendido que son inventos gringos, pero se ve más ridículo un chino comiendo papas fritas. Y uno considerándolo genial.