miércoles, octubre 19, 2005

En la fertilidad crecía el tiempo (poesía y fútbol)

Estas palabras que anteceden estas otras son tomadas de un verso de Neruda. Aparecen en los primeros versos que abren El canto general. A veces pienso que Neruda, seguro de ser tierra y fuego y aire, seguro de ser poeta, intuyó que no era fácil, aunque en Chile abundaran los aficionados a los versos. Entonces, en plena adolescencia, adoptó esa voz nasal, cercana más bien a una vendedora de feria. Si alguien escuchaba los versos de su voz seguro le habría sido difícil tomarlo en serio, o entender un poco. Bromas iban, bromas venían. Pero si alguien en algún momento ponía verdadera atención a sus versos, sabría que Neruda era un árbol, esos seres curiosos que no son de carne y hueso, sino que hechan raíces en la tierra, o gustan del viento y el sol.

No he leído tanto al poeta. A veces la pirotecnia de Huidobro me llama más a seguir leyendo al aristócrata. Pero siento al toparme distraídamente con uno de los versos del Nóbel, que no ha existido otro tan grande como él. En el mundo. "Mi alma es un carrusel vacío en el crepúsculo", por ejemplo. Un verso de los 16 años. Un carrusel que gira sin sentido, vacío, en el atardecer. Es una imagen de la soledad tan nítida como ninguna. También de la carencia de sentido. Y creo un poco que su voz nasal respondía al sin sentido de quienes lo miraban como un pájaro extraviado en su ruta migratoria. Los que no podían evitar la ironía al escucharlo, ironía de broma y no de poesía, en ese caso, más cerca de un poeta menor -comparativamente- como Parra. Más copión al menos.

Quizás la carencia de sentido sea algo propio del chileno. ¿Qué chucha somos?. Puta, pues todavía no lo sabemos. Por eso Neruda, para el centenario de su nacimiento, nos importaba un rábano. Mirábamos extrañados y con cierto orgullo medio huevón como Merylin Streep recitaba los veinte poemas, o como Serrat y muchos canta-autores le cantaban en España. "Neruda, no es medio fome, me tinca medio latero", he escuchado a estudiantes de literatura. Es digno de nosotros, no creer, como que le deben haber dado el Nóbel por comunista.

Curiosa la obsesión por la desconfianza y la ironía. Ha pasado ya más de una semana que el equipo de fútbol no va a Alemania. Tal vez ningún entendido de fútbol creyó desde el inicio con esa fe ciega que habría que tener. Creo que no nos queda nada más que la fe. Pero desde el inicio, y no llenarse de crucifijos para el último partido. Tal vez Valdivia no la metió adentro en el partido con Colombia, porque nuestras energías estaban más preparadas para decir "P..., el con....". Así es curioso que el Chino Ríos sea tonto cuando lo que importaba era que jugando tenis era excepcional. Es curioso que Zamorano sea gay o malo para el fútbol cuando lo importante era que metía goles. Es curioso que Pizarro sea criticado por los pelotazos cuando la mayoría de las veces le llegaban al compañero. Es curioso que Neruda sea latero y tuviera una voz de sonsonete cuando en otras partes lo encuentran inmortal.

Tal vez Kant era chileno y por eso escribió "La CRITICA de la razón pura". Una abuelita que conocí por ahí fue una vez al casino y apostaba en igual medida al rojo y al negro. Es decir no ganaba ni perdía, o lo que es lo mismo, no creía en ninguna huevada. El croupier de pronto la miró y le dijo, "¿Pero señora, usted cree que va a ganar algo?". Así como el croupier, tal vez Neruda nos haya regalado el verso que repito para la búsqueda de nuestros sentidos: "En la fertilidad crecía el tiempo".